Un nuevo -y silencioso- desahucio en Iruñea

 

Hoy mismo he vuelto a pasar por el lugar. Seguía tapiado con una tabla. Hasta antes de los sanfermines había acogido durante más de un año a una familia de rumanos: un padre con las dos piernas amputadas y su hija, a los que a veces acompañaba una tercera persona, también de nacionalidad rumana. Llevaban más de un año durmiendo en ese pequeño hueco del edificio de la Caja de Ahorros de Pamplona (ahora La Caixa), sin molestar ni levantar las suspicacias de nadie. Se dedicaban a la mendicidad durante el día, y únicamente utilizaban ese rincón del edificio al que nadie prestaba atención para pernoctar y protegerse de las inclemencias del tiempo.

Supongo que a alguno de los ejecutivos de La Caixa se le habrá ocurrido la brillante idea de poner una tabla e impedir que sigan utilizando ese hueco los malditos mendigos, porque afean la imagen corporativa de la entidad. No sé. Un desahucio más que pasa inadvertido, y por el que nadie protestará, porque ¿a quién le preocupan los derechos de un inválido rumano y de su hija?

NOTA: Durante el mes de agosto de este año han quitado las chapas que habían colocado antes de San Fermín. Los rumanos todavía no han regresado a pernoctar al lugar.